martes, 30 de agosto de 2016

Creacionismo: La Verdad Sin Certeza

¿Se opone la Ciencia a la Fe?


Por María Fernanda Pérez Ramírez*


En Junio del 2008 entró en vigor, en el estado de Louisiana el Acta por la Educación en Ciencias, una iniciativa de Ley que permite a los profesores de educación pública impartir clases de ciencia utilizando material complementario, aunque éste contradiga con el contenido oficial del programa educativo.

La ley pretende «promover el pensamiento crítico, en análisis lógico y la discusión abierta y objetiva de teorías científicas tales como la evolución, el origen de la vida, calentamiento global y la clonación» [1], según el senador de Louisiana Ben Nevers, representante del Foro Familiar de Lousiana en el congreso. El grupo insiste en que hay evidencia científica respecto al creacionismo (una postura filosófica frecuentemente relacionada con grupos cristianos extremistas del sur de los Estados Unidos) que debe discutirse junto con la teoría Darwinista.

La resolución de la Junta Educativa del congreso de Louisiana conmocionó a muchas asociaciones de científicos, incluyendo al Instituto Americano de Biología Comparativa y al grupo editorial de la revista Science. El presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Biología, el Dr. Wayne Moyer, se promulgó en contra de la iniciativa del Foro Familiar de Louisiana refiriéndose a ella como un intento de «introducir en las aulas de biología una teología disfrazada de Ciencia» [2].

Pero ésta no ha sido la única iniciativa de su tipo. Desde 1968, se han presentado en al menos 15 [2] estados de la Unión Americana propuestas de Ley parecidas, todas apelando a la libertad de expresión de los profesores interesados, con tinte abiertamente religioso, asegurando que su postura religiosa debe exponerse como válida, desde un punto de vista científico. Tales propuestas fueron desechadas gracias al rechazo abierto de la comunidad.

Publicidad del grupo fundamentalista estadounidense Answer is in Genesis (La respuesta está en el Génesis): <<A todos nuestros amigos ateos: Gracias a Dios, se equivocan>>
(FOTO: thehuffingtonpost.com)

Según la Enciclopedia de Filosofía de la Universidad de Standford el Creacionismo es una corriente filosófica que interpreta al Universo como resultado de un acto creador de una entidad sobrenatural. Si su presencia e intervención son esenciales para que el Universo continúe existiendo, el creacionismo adquiere el calificativo de teísta. Si la presencia del entre creador es no esencial, se denomina deísta. Para algunos cultos politeístas, el Universo y los Dioses regentes fueron creados por una deidad superior que no interviene en sus designios.


El Pecado Original y el Diluvio Universal


Las Grandes Religiones han caminado largo tiempo de la mano de esta cosmovisión. Para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, Dios creó el Mundo (nuestro universo, según el libro del Génesis); al primer hombre y a la primera mujer en siete días. Estos últimos desobedecieron y fueron castigados con severidad por el Pecado Original.


La humanidad viviría, desde entonces, marcada por la crueldad y la soberbia, y Dios, convencido de la perversidad de la raza humano, erradicó todo rastro de ella con una enorme inundación. Noé y su familia se salvaron fabricando un Arca de madera en donde colocaron una pareja de cada animal viviente por orden de Dios, con el fin de repoblar la Tierra.

Cuando los primeros estudiosos de las rocas, entre ellos Nicolás Steno en 1667 [3], descubrieron que el agua transformaba los paisajes rocosos, erosionando y luego depositando sedimientos en capas bien diferenciadas, creyeron haber encontrado evidencias geológicas del Diluvio Universal; sobre todo porque muchas de estas sedimentaciones estaban presentes en terrenos elevados, lo cual debía significar que, en un pasado, debieron estar cubiertos totalmente por el agua.

Los teólogos, tanto católicos como protestantes, no habían dejado el tema ocioso y consiguieron estimar la antigüedad de la Tierra relacionando cuántas generaciones habían transcurrido desde la creación de Adán hasta el nacimiento de Cristo. Hubo desacuerdos, pero la mayoría coincidió en que no debieron transcurrir más de 6 000 años [4].

Un siglo después, James Hutton estudió la formación rocosa de Siccar Point, en Escocia, con el método de Steno y concluyó que la morfología del paisaje era «demasiado compleja para ser explicada por una sola inundación, no importa qué tan grande fuera». Además Hutton estaba convencido de que los cambios producidos en Siccar Point debieron tardar un tiempo inimaginable, muchísimo mayor a los 6 000 mil años calculados por los padres de la Iglesia [3].

Sorprendentemente, no lo tomaron a mal. Las iglesias protestantes dominantes del siglo XVIII (como la luterana y la calvinista) y la iglesia católica estaban dispuestas a aceptar que los 7 días de la creación podían tener, en realidad, un significado metafórico, y que esto no contradecía en absoluto las enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento [2]. Esta postura exhibe la capacidad de cambio de las iglesias oficiales con el tiempo. Galileo Galilei no gozó de tanta apertura cuando defendió el heliocentrismo copernicano, casi al mismo tiempo que Steno hacía sus observaciones.

La definición formal de Creacionismo no excluye explícitamente el concepto de evolución. Actualmente, muchos científicos aceptan que su Fe no se ve cuestionada por las evidencias de la teoría de Darwin, y practican una ciencia teísta [2] en donde Dios permanece como arquitecto o diseñador de las leyes naturales. La principal evidencia de que la Ciencia no está peleada con la Fe es ésta: No todos los científicos son ateos. La mayoría de los científicos creyentes aseguran que cualquier grupo religioso que perciba la Teoría de la Evolución como un ataque a su Fe, debería llamarse así mismo antievolucionista y no creacionista.

El creacionismo conserva su carácter de postura filosófica y no científica, porque los científicos reconocen que la ciencia se restringe al estudio de las causas físicas del Universo. La discusión de las causas metafísicas se deja a la teología y creer o no en un Dios creador es una cuestión de Fe, no de metodología.

La Iglesia Católica y las grandes iglesias protestantes han aceptado que el Génesis no es un libro histórico e incluso permiten la defensa de teorías como las del Big Bang y la evolución teísta del hombre [5]. Admiten que el mecanismo de la evolución biológica es la Selección Natural, pero el alma del hombre es un fenómeno absolutamente divino.

«En la encíclica Humani Generis (1950), mi predecesor Pio XII ya afirmaba que no hay conflicto entre la evolución y la doctrina de la Fe. [...] Hoy en día, a más de medio siglo, los nuevos descubrimientos nos orillan a reconocer el fenómeno de la evolución».- Juan Pablo II


El Origen de las Especies


La hipótesis de que todos los animales del Viejo Mundo descendían de los que Noé había salvado en el Arca había demostrado ser insuficiente desde el descubrimiento de América. No sólo había vida, sino que la vida animal y vegetal era considerablemente diferente a la del contitente Europeo, de modo que la pregunta que se hizo Charles Darwin al comienzo del siglo XIX, no era nueva.


Dar una respuesta satisfactoria al porqué de la diversidad en las plantas y animales le tomó varios viajes al rededor del mundo y 20 años de formulación.

Darwin llamó al proceso en que las especies daban origen a otras como evolución, y al mecanismo por lo cual lo conseguían, selección natural. La Teoría de la Evolución moderna puede reducirse a los siguientes postulados [5].

  • Toda la vida evolucionó a partir de una o de pocas formas simples de organismos.
  • Las especies evolucionan a partir de variaciones al azar de las preexistentes. Los individuos desfavorecidos no sobreviven, mientras los aptos se reproducen y heredan estas variaciones a sus hijos. Esto es Selección Natural.
  • El nacimiento de una especie es gradual y de larga duración.
  • Cuanto mayor es la similitud entre los organismos, más estrechamente relacionados se hallan entre sí y más corto es el tiempo de su divergencia desde el último ancestro común.


¿Es la Evolución un Hecho Científico?



Muchas personas creen que la palabra teoría sugiere que algo no ha sido suficientemente probado, ni aceptado como un hecho científico.

La Ciencia es una actividad humana que utiliza evidencias para construir explicaciones y predicciones comprobables sobre un fenómeno, aumentando los conocimientos sobre él durante el proceso [5]. Éstas explicaciones reciben el nombre de hipótesis y los experimentos son procedimientos que buscan comprobar su validez en ambientes donde todos los factores que se asumen involucrados están bajo control.

Una buena hipótesis es capaz de adelantarse al resultado de un experimento que aún no se ha hecho. Por supuesto, puede ocurrir que el experimento se hace y el resultado esperado no concuerda con el obtenido. La historia de la ciencia está llena de este tipo de acontecimientos. Pero si el resultado concuerda con el propuesto, y no ocurre una vez, sino tantas veces como el experimento se repita, bajo las mismas condiciones, sin importar el lugar, entonces se considera una predicción y la hipótesis cobra solidez para convertirse en una Teoría: «un conjunto organizado de ideas que explican un fenómeno, deducidas a partir de la observación, la experiencia y el razonamiento lógico».

Hay experimentos directos e indirectos [6]. Lo ideal sería reproducir el fenómeno frente a nuestros ojos y comprobar presencialmente si nuestras suposiciones se cumplen o no. Esto se conoce como experimentación directa, pero no siempre es posible. Cuando los antievolucionistas radicales discuten con la comunidad científica, la mayoría reduce sus argumentos a uno sólo: «where you there?» (¿Acaso estuviste ahí). Los científicos encuentran esto muy frustrante.

Cuando los fenómenos ocurren muy lejos o requieren mucho tiempo de observación, las conclusiones de una hipótesis se ponen en términos de propiedades que sí se pueden cuantificar. Luego se plantean experimentos que permitan medir estas propiedades y, nuevamente, si los resultados concuerdan con los predichos y además son reproducibles, hemos probado nuestra teoría. A esto se conoce como experimentación indirecta y sus conclusiones son tan válidas como la directa.

Los postulados de Darwin permitieron hacer las siguientes aseveraciones [6] que pueden comprobarse indirectamente:

  1. Si los seres vivientes descienden de modificaciones de un ancestro común, «los seres del pasado deben ser muy distintos de los actuales »
  2. Si la Evolución ocurrió, los fósiles correspondientes a los organismos más simples deben estar localizados en estratos geológicos más antiguos. En cambio, los más complejos deben estar en estratos más recientes.
  3. Si la Evolución ocurrió, debieron existir organismos intermedios entre los grupos mayores como las Familias o los Órdenes, que funcionaron como estructuras de conexión.

El registro fósil (todos los fósiles que se han documentado en la historia) comprueba las afirmaciones anteriores. Efectivamente, los organismos fosilizados encontrados en estratos de suelo muy profundos (estos suelen ser los más antiguos) son muy diferentes a los de hoy en día. Además, en los más antiguos, observamos fósiles de seres unicelulares, luego multicelulares, invertebrados, vertebrados, peces, anfibios, etc. Todos estos ordenados por la edad de los estratos en que fueron encontrados.

El Tiktaalik: organismo de transición entre peces y anfibios.
(FOTO: sci-news.com)
Hallazgos como el del Tiktaalik [5], en Canadá, comprueban que entre los anfibios y el restro de los tetrápodos (animales que tienen cuatro miembros y que son vertebrados) existió un organismo intermedio, lo cual reafirma la última de nuestras afirmaciones. Incluso, el registro fósil ha dado cuenta de esqueletos pertenecientes a especies homínidas antecesoras a los seres humanos actuales.

El hombre no desciende del mono. El hombre no desciende de los chimpancés ni de ninguno de los simios modernos. Y a los antievolucionistas radicales también les gusta este argumento: «¿Si el hombre desciende del mono, entoces por qué hay chimpancés que no han evolucionado?». La Teoría de la Evolución sostiene únicamente que los simios modernos y los seres humanos compartieron, en algún momento, un ancestro común.

Todos los días vemos a nuestro alrededor las consecuencias de la selección natural; desde los cultivos de trigo y maíz, hasta las poblaciones de peces Guppi [5] de las islas de Trinidad observadas con mucho entusiasmo por los biólogos.

En el contexto de la ciencia, si una Teoría ha sido comprobada muchas veces y el hallazgo de nueva evidencia no modifica sus postulados esenciales [5] (para la Evolución, los postulados de Darwin), se considera un hecho científico.


Los Creacionistas de la Tierra Jóven



El grupo religioso que sintetizó y radicalizó las posturas del creacionismo fundamentalista (el que sostiene que la Tierra se creó en 7 días, tiene 6000 años de antigüedad y que el Diluvio Universal ocurrió) en Estados Unidos se hacen llamar Cristianos de la Tierra Joven. Su fundador es Ken Ham, un cristiano fundamentalista que insiste en que el Génesis debe ser interpretado literalmente, porque de otra manera el Pecado Original se convierte en un concepto abstracto incapaz de «perturbar la conciencia de los creyentes». De esta forma, todo el mensaje de Cristo «pierde su significado». Niegan la Teoría del Big Bang, cualquier teoría sobre el origen de la vida, la Teoría de la Evolución, y en general cualquier postura científica que «disminuya en apariencia el inmenso poder de Dios.»

Ken Ham con uno de sus velocirraptores,
en el museo de la creación.
(FOTO: washingtontimes.com)

Ken Ham dirige una intensa campaña mediática conocida como Answer is in Genesis (la respuesta está en el Génesis) en donde presume cuestionar con argumentos científicos las teorías científicas establecidas. La mayoría de estos argumentos son afirmaciones ad veracundiam y ad ignorantiam [7] que imposibilitan un debate real, en términos de hechos y evidencias, con la comunidad científica.

Ambas son formas de falacias: argumentos inválidos para la disciplina de la lógica formal. El Ad Veracundiam o Argumento de Autoridad defiende que algo es verdadero apelando a la autoridad de quien lo dijo. Los cristianos fundamentalistas suelen defender el significado literal del Génesis diciendo que es «La palabra de Dios contra la palabra del Hombre». El Ad Ignorantiam o Llamada a la Ignorancia defiende que el argumento del contrario es inválido porque no tiene lo necesario para probarlo.

Ken Ham respondió a la Asociación Americana de Biología Evolutiva con un «¿Estuvieron ustedes ahí?», cuando trataron de explicarle la técnica de fechamiento por carbono 14. Aseguran también que, dado que el registro fósil está incompleto porque, hasta el momento, no ha sido encontrado el esqueleto del ancestro común entre los simios modernos y los humanos, toda la Teoría Darwinista es inválida. Muchos van más allá y acusan a la comunidad científica de conspirar para introducir en las escuelas una visión antirreligiosa del mundo.

Actualmente, Ken Ham y su grupo dirigen el Museo de la Creación en Texas: una locación repleta de dinosaurios robotizados en donde constantemente se repite a los visitantes por medio de cuadros informativos que la Tierra tiene 6 000 años de antigüedad, que Adán y Eva fueron castigados por desobedecer, que los Dinosaurios fueron contemporáneos de los seres humanos pero que el Diluvio Universal los mató, etc.

Uno de los cuadros comparativos del Museo de la Creación entre "la palabra del hombre" y "la palabra de Dios". Según esta última el dinosaurio de la exposición murió durante un Diluvio Universal, hace 4300 años, y sus restos fueron transportados por el agua hasta el sitio elevado en donde se encontraron.(FOTO: creationmuseum.org)
Este «Directo, elegante y caro viaje hacia la culpabilidad», en palabras de los periodistas del boletín Thinking Atheist, recauda anualmente 27 millones de dólares y está dirigido a un público infantil.

Una niña se divierte, montando una cría de dinosaurio. (FOTO: amandrivkin.wordpress.com)
El Acta de Louisiana se refugia en la Libre Expresión, la piedra angular de la Democracia americana. Sin embargo, es imposible hablar de libre expresión cuando una ley pretende beneficiar los intereses religiosos de un grupo por medio de una censura sutil, pero efectiva de la realidad científica.

«No necesitamos una ley para enseñarnos a pensar críticamente. Para eso está la Ciencia. Ustedes necesitan una ley para enseñar creacionismo.» Zack Kopplin — Activista Político y Periodista de Louisiana.


México frente a la problemática Creacionista



Para ser una república en donde la mayoría de sus votantes se consideran católicos, el modelo educativo mexicano conserva el espíritu positivista [8] que inspiró, en los ideólogos del siglo XIX, la separación radical de la Iglesia y el Estado, y que sería mejorado por el humanismo de José Vasconcelos, después de la Revolución Mexicana. El positivismo es una doctrina filosófica que considera como únicos conocimientos válidos, los obtenidos por la experiencia y los sentidos. El humanismo fue un movimiento que colocó al hombre y su naturaleza en el núcleo de todas las disciplinas intelectuales, buscando el significado de su existencia de forma racional. Vasconcelos adecuó los preceptos del humanismo a la realidad mexicana post-revolucionaria, mezclándolos con muchos elementos propios [8]. El resultado se denominó humanismo vasconcelista.


La Constitución de 1917 (que es la actual, salvo algunas modificaciones) incluye, entre sus postulados básicos, la laicicidad y la gratuidad de la educación (Art.3, sec. I), con criterios orientados por el progreso científico y dirigidos a combatir la ignorancia, la servidumbre, los fanatismos y los prejuicios (Art.3, sec. II), proporcionada por el Ejecutivo Federal, que determinará los planes y programas de estudio de la educación básica y Normal para toda la República (Art. 3, sec. III), y reconocida, en caso de ser impartida por particulares, sólo si se apega a todos y cada uno de los aspectos anteriores (Art. 3, sec. IV).

No cabe duda que, dentro del fanatismo menciado por la Ley, está incluido el religioso. El autor inisiste en utilizar el término fundamentalismo, en lugar de fanatismo, y en exhibir la naturaleza peligrosa y provocativa de otros tipos de fundamentalismo, como el político.

La Secretaría de Educación Pública y la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos [8] forman, juntos, una pared ideológica -qué estructura ideológica que haya sobrevivido al paso del tiempo no lo es, en México- infranqueable para los grupos con intereses religiosos particulares: las avanzadas jurídicas de los grupos fundamentalistas de los Estados Unidos no han hecho resonancia dentro del sistema de enseñanza mexicano... Aún.


La importancia de la Ciencia en el pensamiento crítico


Las malas políticas frente a la Divulgación de la Ciencia, el empobrecimiento de la educación básica, la falta de una cultura científica por parte de la población en general, son factores que limitan nuestra labor como divulgadores.


¿Cómo aproximar a la gente al pensamiento crítico? ¿Cómo convencerlos de la importancia de dudar, de preguntar: de utilizar lo que conocen gracias a su experiencia con el mundo natural para discriminar lo creíble de lo increíble?

La Ciencia no responde preguntas con Verdades Absolutas: la historia ha demostrado que sólo retrazan y obstaculizan su avance. Hacer Ciencia involucra la búsqueda de la Certeza, de una certeza real, que nos permita entendernos en un lenguaje común: el de la sistematicidad. Nos permite entendernos como personajes cosmológicos, inmersos en una red inmensa de Causas y Efectos que nos gusta llamar Naturaleza, y cuyos efectos podemos cuantificar, y cuyas causas podemos establecer; con una precisión relativa, es verdad; a veces de manera indirecta, es verdad... pero de forma que podamos asegurar que a tal causa le sucede tal efecto.

Dudar, Buscar, Preguntar, Responder, Argumentar, Probar, Reproducir, Convencer... Poner el dedo en el mapa cósmico y decir “Ah, ahora entiendo. Sé dónde estoy. Y esto es La Naturaleza”: hasta aquí llega la Ciencia.

Para ir más allá de estas causas, y para otro tipo de preguntas, está la Fe.

Referencias

[1] S. of Senate Bill. 561 by Senator Nevers, Act no. 473, Legislature of Louisiana, (2008).
[2] C. J. Alonso, ¿evolucionismo versus creacionismo?, Cuadernos de Bioética, 1 (1998).
[3] D. R.Montgomery, The evolution of creationism, GSA Today, 22 (2012).
[4] M. Rojas G., Evolucionismo y creacionismo, Ciencia UANL, 9 (2006), p. 246.
[5] E. C. Scott, Evolution vs. Creationism, Greenwood Press, Westport, Connecticut, 2009.
[6] Science, Evolution and Creationism, The National Academy Press, Washington, D.C., 2008.
[7] T. E. Damer, Attacking Faulty Reasoning, Wadsworth, Belmont, CA, 2005.
[8] E. NUNez Carpizo, El positivismo en méxico: impacto en la educación, La Independencia de México a 200 años de su inicio. Pensamiento social y jurídico. Facultad de Derecho,UNAM., (2010), pp. 367–396.

*Física
marifer_92@ciencias.unam.mx
FC - UNAM ~ 2016

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